domingo, 7 de febrero de 2010

Clima en la ciudad

No cabe duda que el clima que tenemos en la región Chilanga es de lo más rico que hay. Hoy salió el Sol a todo lo que podía por ser un sol de invierno y mis plantas y Lucky y yo disfrutamos de una tarde de calor. Una tarde excelente para estar en el patio, era propia para una chela, pero esta bien puede esperar.

Un cielo azul que define a este color se dejo ver por muchas horas. La tarde estuvo demasiado tranquila. También yo.

Nuestro clima se ve alterado por nosotros, y como siempre, con una marcada actitud antropocéntrica, nos quejamos de lo que esta locura climática nos afecta. Que si se nos acaba el agua, que si se nos inundan las casas, que si nos estamos asfixiando en nuestra nata de smog, muchos nos y nada los demás. Y a los demás me refiero a la misma naturaleza que existía antes de que empezáramos a construir una modernidad, un imperio de la industria y de la enajenación. Esta naturaleza llena de ríos, de rocas y montañas, de plantas, de aves, de insectos, de reptiles, de esa paz que solo se encuentra en la soledad. Esta Ciudad de México que antaño era tierra y agua, agua dulce, agua salada.

Vivimos las consecuencias de nuestro pecado. Y aún así la naturaleza sigue siendo un tanto cuanto benigna  con nosotros. Nos manda avisos. Y nosotros, ¿hacemos bien al ignorarlos? ¿Podremos decir que no fuimos advertidos?

Mucha filosofía y poca acción de mi parte. Trataré en mi pequeña trinchera hacer un cambio marginal tratando de respetar a todo. Es difícil pero hay que hacerlo, el cambio puede ser marginal pero tendrá impacto.

Mientras sigamos disfrutando de este nuestro clima y tratar de hacernos uno con él. Aunque nos duela en nuestro orgullo Humano.

Mr R M

sábado, 6 de febrero de 2010

Los Mercados, puerta al folclor mexicano

Siempre me han gustado los mercados chilangos. Una de las mejores imágenes que tengo siempre de ellos es la de los puestos de frutas, con sus colores múltiples y sus olores inconfundibles. Porque en eso, como en otras cosas, los mercados tienen variedad. Guayabas, fresas, sandías, papayas, melones, plátanos, naranjas, cocos, uvas, zapotes, duraznos, capulines, nanches, guanábanas, peras, y un larguísimo etcétera. Cuando puedo tomo una foto a esta maravilla que es la fruta de los mercados.

El día de hoy fui con Gabs y su hermana Ceco a tomar un café al Passmar. Soy adicto al expreso con natilla. Este café está dentro del mercado en la esquina que hace Av. Coyoacán y Pedro Romero de Terreros. El llegar al café es una aventura mini deliciosa. Me encanta ver un puesto de chácharas para el hogar, donde hay decenas de objetos de mimbre, gran variedad de cosas de plástico (ahí me compré un garrafón de 10 litros para gasolina), escobas, jergas, plumeros, botes de basura, lazos para tendedero, piedra pómez, de nuevo la lista es larga como la cuaresma. Luego nos encontramos con los puestos de fruta, mmm. Un café, mucha plática, anécdotas pa' morirse de risa!

Casi una hora después nos dirigimos a la salida y oh! ya están cerrando el mercado, damos un par de vueltas y los puestos casi todos alzados. Terminamos saliendo por el puesto de mariscos. Como adoro el pulpo al ajillo y la mojarra al mojo de ajo y el coctel de camarón con salsa búfalo.

De regreso en casa un trago de vodka tonic.

Es bueno estar vivo y salir a dar el rol en chilangolandia.

Mr. R M